jueves, 28 de enero de 2010

Carpe Diem.

La noche cae de manera intracendente,
me hacer recurrir al mismo bar nuevamente,
en busca de respuestas que olvida mi mente.
Todas las figuras acuden donde siempre,
borrachos clandestinos estropean mis lentes;
burdas mujeres ofrecen placeres por estupefacientes,
y mi mirada perdida cae tristemente.
Recuerdo algunas caras de forma subyacente,
recuerdo sus miradas, sus gustos y su gente,
¿¡Sera que alguna vez fui parte de ambiente!?
Es que adoro sus plegarias, sus mentiras y fastidios,
así viven ellos en este antro del olvido.
El tiempo se me pasa, cae el sol lentamente,
se van cerrando las barras aleatoriamente.
Salgo algo mareado y camino inconsciente,
encaro hacia el norte regularmente,
descubro mi respuesta finalmente,
y no es otra que disfrutar todo momento como si fuese el ultimo,
vivir la vida al máximo que los momentos que he vivido quedaran,
pero nunca, nunca volverán jamas.