Impactante fue la llegada,
mas impactante aun la entrada.
Minuto a minuto transcurría en el reloj
y no lograba caer de mi asombro.
Era algo único, algo mágico,
algo que había vivido y volvía a vivir.
Tenia ese sabor único, como yo lo había soñado,
y esa tristeza dulce cuando supe que todo había acabado.
Me miraba a mi mismo,
seguía sin entender que sucedía en ese momento,
los músculos tensos, pero a la vez aliviados,
sensaciones raras si las hay.
Paso a paso, todo fue fluyendo
y se fue diluyendo con el correr del tiempo,
de repente todo fue llegando a su fin,
debía regresar a mis pagos.
Con una sonrisa enorme en mi cara,
mire hacia atrás y dije ¡Ganamos!
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