El incierto caminar de los pájaros negros, teñidos bajo el manto gris que atrae la ciudad, desconcierto en efecto de momentos vividos en esa plaza añeja, me recuerda la infancia de aquel niño envuelto en felicidad. Recuerdos que imploran en mi alma, secretos que son mios por defecto, matices de tardes, días y noches en aquel lugar de ensueño. Hoy he de buscar todo lo que anhelo, a prueba y error tratare de encontrarlo, porque la vida se basa en pocos aspectos, al fin y al cabo, es solo un momento.
Acostumbrados a creer que todo es vano, cuando en realidad eso lo dice un fulano. Así nomas nos van acostumbrando, a equivocarnos para poder manejarnos. Es como un juego sin mucha improvisación, donde todos conocemos el principio y también el final. Todo esto se resume a que me voy desviando, es que cuando escribo no tomo un rumbo exacto, dejo fluir mis palabras de la manera mas sana, mas pura posible, aunque todo suene absurdo y desatado, sin ningún daño lo hago, me sale así y así me saldrá siempre, es que de chiquito así me han enseñaron.
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