miércoles, 15 de septiembre de 2010

Mirada.

El recuerdo siempre se recuerda, el olvido siempre se olvida, el sueño siempre se sueña, y el espacio nunca se termina. Todo lo que empieza siempre tiene un final, y el fin siempre tiene un principio precipitado que nos lleva al desenlace previamente anunciado. Las estrellas son incontables, como las frases hechas son innumerables, como el fuego se hace ceniza y desde ellas vuelve a prenderse la llama para nunca apagarse. Las pasiones son indescifrables, los deseos son inalterables, y las sonrisas que le hacen falta a este mundo ya se vuelven aconsejables.
Los espejos muestran realidades, las imágenes son tomadas de algún viaje, los versos que escribo tienen tu nombre en alguna parte, y las plegarias son interminables. Las reinas tienen a su rey, como la princesa bonita ha de tener a su princepe azul, como yo te tengo a vos para llorarte y amarte. Extrañar nos hace vulnerables, odiar nos hace intolerables, y expresarnos siempre nos lleva a alguna parte. Las traiciones nos vuelven animales, los enigmas siempre se resuelven, las maldiciones enferman al alma y rompen la cordura de los estandartes.
La pociones derivan de algún jarabe, una rama pequeña siempre esta ligada a una mas grande, los arboles son el aire de las ciudades, como los corazones son el motor de los habitantes. La razón por mas razonable que sea siempre se vuelve irracional, los actos reflejos reflejan casualidades y mis ojos tristes muestran acciones de no olvidarte.

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